PALABRAS AL VIENTO.

Siempre quise escribir. Sentía la necesidad de sacar a la luz aquellos pensamientos que rondaban mi cabeza, aquellas ideas y reflexiones que en mis momentos de silencio o soledad bullían en mi interior, pero nunca tuve el arrojo suficiente que se necesita para hacer público tus sentimientos más privados. Llegué a pensar, incluso, que mis escritos podían hacer bien a otras personas, pero esta idea iba y venía a mí, siguiendo mis cambiantes estados de ánimo. Lo que en un tiempo llegó a ser casi una necesidad, poco a poco fue haciéndose más tenue, más débil, esa necesidad de comunicación fue calmándose, hasta que prácticamente dejé de escribir. Mis escritos fueron dejados de lado, olvidados en cajones y carpetas, con el deseo, sin embargo, de que alguna vez fueran leidos, porque aquellas palabras eran mucho más que letras enlazadas, eran el valor de una vida plasmada en papel.
Hoy, he dado mi primer paso, creo que ha llegado el momento de lanzar al viento mis palabras, hoy una parte de mí ha comenzado a volar.