Después de un viaje a Amsterdam y tras visitar la casa de
Ana Frank decidí leerme el diario que esta niña escribió durante los dos
años que vivió escondida de los alemanes. Impresiona su historia al leerla, su manera de expresar sus sentimientos, su naturalidad, sentido del
humor y simpatía. Impresiona y mucho pisar el suelo que ella pisaba , y
descubrir que aún siguen en las paredes del cuarto las fotografías que allí ella dejó pegadas. Situarte en la historia, traer al presente lo que ocurrió en el pasado. Esta casa," la casa de atrás" como ella misma la llamaba puede ser visitada ahora convertida en museo. Su padre, el único superviviente de los que allí se escondieron publicó el diario de su hija para que pudiera darse a conocer al mundo. Cuántas personas hoy en día se sienten atrapadas, privadas de su libertad, faltos de valor para enfrentarse a la vida, hundidos, sin luz, dejando que el último rescoldo de esperanza se enfríe.
Ana Frank tiene mucho que enseñarnos. Su libro me hace despertar, me empuja a pensar en positivo, me redescubre el valor infinito que cada persona guarda en su interior. Me habla de luchas, de ilusiones, de deseos, de amor, de tristeza, de rebeldia, de ternura. Me habla de ideales,me habla de Dios.
Una buena lectura, que puede ayudarnos a entrar en nuestro interior para intentar sacar fuera lo mejor de nosotros mismos. Lo recomiendo, especialmente para estos días de Otoño que el tiempo invita a quedarse en casa.
Pilar