sábado, 30 de abril de 2011

Mi gato Serafín


Mi Gato Serafín

Una vez,... tuve yo un gato
blanco y rubio, ¡tan monín!
Tenía el rabo así de gordo,
y se llamaba Serafín.

¿Que pasa? ¿de qué os reís?
¿Es que un gato no puede llamarse así?
Es un nombre muy bonito.
Y además,... puesto por mí.

Cada vez que se sentaba,
enroscado en su sillón,
al mirarlo desde lejos,
parecía un almohadón.

Una vez vino a mi casa
una amiga de mamá,
¡tan cortísima de vista,
que no veía hasta allá!

Gorda, gorda,
gorda como un balón,
y cada dedo, Dios mío,
¡parecía un salchichón!

Entró la vieja en la sala
con los lentes sin poner,
y en el sillón de mi gato...
...¡allí se dejó caer!

¡Aaaahhhh!
Aplastó a mi pobre gato,
por delante y por detrás.
¡Lo dejó hecho una torta!
¡Tan monín, tan monín!

¡Maldita la vieja gorda
que aplastó a mi Serafín!...

Pero mi gato, tenía
siete vidas. Ya lo sé.
Y, al levantarse la gorda,
salió corriendo también.

Cuando queremos reirnos un rato, le decímos a mi madre...¡cuéntanos la poesía del gato Serafín! y todos disfrutamos con la expresión y entonación con que la recita.
Recuerdo una vez, hace ya muchos años, que fuimos a visitar a una prima que habían operado de apendicitis y  no podía reirse porque le tiraban mucho los puntos. Son pequeños MOMENTOS que uno recuerda con simpatía. Cuando vea a mi madre le diré que nos la vuelva a recitar. No sé quién es su autor.

jueves, 28 de abril de 2011

PERDER.


Perder. 
Perder la paz, la ilusión, la confianza, la fe…
Perder los ahorros, el trabajo, la casa, los amigos, perder un ser querido, perder la alegría,  la belleza,   la memoria…la vista, la voz.
¡Es tanto lo que podemos perder, y es tanto  el dolor que produce el perderlo!
 Perder no es regalar, no es ceder, ni prestar, perder es quedarse con las manos vacías cuando antes estaban  llenas.  
 Cuando algo poseemos nos adueñamos de ello de tal manera que lo hacemos parte de nuestro ser, parte de nuestra vida, nos agarramos a lo nuestro con fuerza… nuestros hijos, nuestros padres, nuestra salud, nuestro dinero… y sucede que la vida, a veces, nos  sacude violentamente y sin aviso, y como un ladrón que llega en la noche con sigilo se apropia de lo que hasta ese momento nos pertenecía.
Cuánta gente a mi alrededor, hoy en día, llora por aquello que ha perdido, a veces en el silencio y el retiro de su soledad, y no soy capaz de darme cuenta. Cuántas personas con rostro…sufren la ausencia.
Cuánta riqueza interior guardan estas personas, y en ocasiones sin ser  conscientes de ello,  cómo es excesivo su amor, y cómo continúan por el  camino  con la elegancia y la clase del que es verdaderamente humilde.   Pierden… sí pero a la vez se hacen ricos…

A quienes conozco y tuvieron y ahora carecen de ello… porque poseen algo grande,  lo más grande que un hombre puede llegar a tener…
                                                                                                          Pilar

martes, 26 de abril de 2011

Procesando


Me ocurre muy a menudo que cuanto más tengo que contar y cuantos más deseos tengo de comunicarme al exterior más torpe se vuelve mi lenguaje y menos locuaz  me vuelvo. Ya en la facultad me ocurría cuando tomaba apuntes, que al llegar a casa y empezar a estudiar sentía la impotencia y frustración de no poder asimilar tanta información de una vez, y necesitaba primero, subrayar, pasar a limpio si era preciso para después y poco a poco, ir entendiendo y asimilando las nuevas lecciones.
Así me siento hoy después de estos días de celebraciones, en los que regreso a casa con mi cuaderno repleto de apuntes, con mi corazón cargado de emociones y vivencias  pero con la necesidad de disfrutar de todo ello desde el silencio y la tranquilidad, desde la normalidad del día a día.
Necesito ahora ahondar y hacer mío cuanto he visto en los demás, con quienes me he acercado al misterio de la cruz y el dolor y con quienes he compartido  el gozo de saberme  amada por el mismo Padre.
Así con esta alegría que comparto con muchos de vosotros, espero paciente  poder ir procesando y asimilando lo vivido y espero que mis ideas encuentren asiento en mi cabeza en algún momento. Andan todas agitadas, disputándose el ser las primeras en salir a la luz.
Un abrazo en Cristo Resucitado.
                                                                                                              Pilar

martes, 12 de abril de 2011

Aprendiendo


A veces intentamos solucionar la vida de las personas especialmente cuando las vemos sufrir, y acudimos con soluciones que nadie nos ha pedido. Yo, como madre preocupada por el bienestar de mis hijos caigo muchas veces en el error de querer controlar sus vidas. Es cierto que cuando son pequeños, uno puede pensar tener ciertos derechos o deberes sobre ellos, pero también les “ahogamos “demasiado, con nuestros cuidados y atenciones sin dejarles crecer por sí mismos.
Los niños aprenden también de la experiencia al igual que los adultos, y es necesario caer en el error, en el fracaso, en la decepción, pues en la vida se va madurando en base a experiencias que resultarán tan positivas cuantos más mensajes se hayan sacado de ellas.
El niño que  cae una vez, andará con más cuidado para no caer una segunda. Así nos pasa a todos nosotros, y así me ocurre a mí muy a menudo, cuando me entra miedo y me acobardo y prefiero anclarme en lo seguro.
Considero que es un error, pero a veces tengo que mentalizarme para creer que nadie nació sabiendo, y por el contrario el aprendizaje se consigue con esfuerzo personal.

jueves, 7 de abril de 2011

ASÍ SENTÍA


Anestesiada, adormecida, como sumida en un letargo, así he creído sentirme durante algún tiempo, sintiendo el paso rápido de la vida a mi alrededor, observando desde mi interior  el vertiginoso  paso del tren con sus vagones repletos de gente. Sintiendo cómo  otros se alejaban, que sus vidas se movían  más deprisa y deseando atrapar los sueños con mis manos.
Sintiéndome pequeña en un mundo de gigantes, tocando mi nada en un mundo que nos ofrece todo. Soñando que la primavera llegara y  que atrás  quedara el invierno frío, y los días grises, sin color, deseando el encuentro con la luz y los colores e intentando recuperar el tiempo que uno parecía haber perdido.
 Despertando la curiosidad por conocer más, por aprender las lecciones que otros ya dieron por sabidas. Queriendo acelerar mi paso, y alcanzar el tren que ví pasar, pensando que nunca es tarde, que aún hay mucho por hacer, y tengo tiempo todavía.
                                                                                         Pilar

martes, 5 de abril de 2011

PEQUEÑA OBSESIÓN


Desde que he descubierto este mundo de los blogs, mi salud física está en peligro.
Hasta hace pocos meses lo primero que hacía al despertarme era acudir a desayunar,  ahora apenas he abierto los ojos reviso mi correo para ver cuántos comentarios nuevos tengo en mi entrada. A partir de ahí, comienza la carrera…niños, coles, compra, recados…y  todo, corre que te corre, como si tuviera que batir mi propio record para al fin… poder llegar a casa y …tomar posesión del ordenador…
Abro, miro, leo, comento….  Y …¡a comer que ya es la hora!...
Vuelvo a colocarme frente a la pantalla… y cuando las ideas empiezan a tomar forma… ¡socorro, que llego tarde!, y de nuevo, a correr.  Y así me está pasando últimamente que mientras mi corazón anda inquieto, buscando emociones  y mi mente se agita buscando ideas que contar, mi ordenador pacientemente espera nuestra próxima cita.
Yo sola me río, cuando pienso en mí, si casi hago carreras con mis hijos para usurparles el puesto… (tiene gracia la cosa).
Crea adicción todo este mundillo, y hay que buscar la justa medida para que algo bueno no se convierta en obsesión.  
A partir de mañana… saldré a andar… comeré despacio… volveré a leer… y …¡arreglaré los armarios…! que ya hace calor, y  si no… no sé qué me voy a poner.
                                                                    Pilar.