Perder.
Perder la paz, la ilusión, la confianza, la fe…
Perder los ahorros, el trabajo, la casa, los amigos, perder un ser querido, perder la alegría, la belleza, la memoria…la vista, la voz.
¡Es tanto lo que podemos perder, y es tanto el dolor que produce el perderlo!
Perder no es regalar, no es ceder, ni prestar, perder es quedarse con las manos vacías cuando antes estaban llenas.
Cuando algo poseemos nos adueñamos de ello de tal manera que lo hacemos parte de nuestro ser, parte de nuestra vida, nos agarramos a lo nuestro con fuerza… nuestros hijos, nuestros padres, nuestra salud, nuestro dinero… y sucede que la vida, a veces, nos sacude violentamente y sin aviso, y como un ladrón que llega en la noche con sigilo se apropia de lo que hasta ese momento nos pertenecía.
Cuánta gente a mi alrededor, hoy en día, llora por aquello que ha perdido, a veces en el silencio y el retiro de su soledad, y no soy capaz de darme cuenta. Cuántas personas con rostro…sufren la ausencia.
Cuánta riqueza interior guardan estas personas, y en ocasiones sin ser conscientes de ello, cómo es excesivo su amor, y cómo continúan por el camino con la elegancia y la clase del que es verdaderamente humilde. Pierden… sí pero a la vez se hacen ricos…
A quienes conozco y tuvieron y ahora carecen de ello… porque poseen algo grande, lo más grande que un hombre puede llegar a tener…
Pilar
¡Qué bella es la última frase!
ResponderEliminar"Pierden… sí pero a la vez se hacen ricos…" Verdaderamente es así, si nos abandonamos en el Señor, estaremos muchos más seremos a la hora de perder algo, porque obtenemos el amor que Él nos da que es todo riqueza.
Gracias por tu entrada.
Feliz Octava de Pascua.
Aceptar las cosas malas que se nos presentan, tarea difícil de llevar a cabo, y que inevitablemente necesita de la ayuda de Dios. Besos
ResponderEliminarQuerida amiga: Entro cada día a leerte. Llevo una semana un poco complicada. Me resulta difícil comentar en los blogs que quiero. Paciencia, si Dios quiere retomaré mi ritmo. La semana que viene voy a Madrid si D.q. a encontrarme con algunos blogueros. Ya lo hice el año pasado , por eso estoy dejando cosas atadas. Si quieres unirte , ya sabes, basta que lo digas. Un abazo
ResponderEliminarCapuchino de Silos: es bonita la frase y muy cierta, ¿verdad?
ResponderEliminar...Gracias ...PARA DISFRUTAR... por estar ahí.
Hola Angelo, vivo en Madrid, y me resultaría fácil (a lo mejor) quedar con vosotros pero por el momento me daré un poquito de tiempo. Prefiero, imaginarme como sois, y descubriros a través del anonimato del escrito. Nos llegaremos a conocer, seguro que sí, si lo mismo ya nos conocemos... el mundo es tan pequeño... y al final todos nos movemos en los mismos círculos.
Muy buena tu entrada Momentos, quien pierde su vida la ganará! ahi está el misterio de nuestra historia.
ResponderEliminarun abrazo
Perder es quedarse con las manos vacías cuando estaban llenas. Elijo esta frase entre lo que has escrito.
ResponderEliminarPienso que si pensamos que ni las personas son nuestras, que son de Dios, entonces nunca perdemos porque nuestras manos nacieron para quedar vacías amandoLe.
Gracias Pilar
Saludos
Maravilloso texto muy acertado!!
ResponderEliminarBesitos y felices dias...
Bueno chicos, que suerte tenéis de verlo todo tan claro. ¿Sabéis lo que pienso?, que lo veis tan claro porque no habéis perdido nada.
ResponderEliminarPerder a los padres, no cuenta, es ley de vida.
Pero perder, es tener, como muy bien describes, las manos llenas y de la noche a la mañana vacías. Eso es perder.
No entiendo tu último párrafo. El que pierde, pierde, no tiene nada y nada gana. Si alguien me lo sabe explicar que lo haga por favor.
PD. Ahora mismo, yo soy una perdedora, por eso no entiendo las metáforas, porque se lo que tengo y lo que siento.
Tú lo has dicho LAH, el misterio de nuestra vida.
ResponderEliminarJota Mate: es que nada pierde el que no tenía, verdad? Pero como todos tenemos algo, por poco que ésto sea, todos tenemos ese sentimiento de haber perdido algo y sabemos lo que cuesta.
Querida Chus:
Todos perdemos algo valioso para nosotros en algún momento. A veces hablo con personas que aparentemente lo han perdido todo, nuestros hermanos de Japón serían ejemplo, en cuestión de segundos, todo lo suyo desaparece, incluso hermanos, padres, hijos... pero a mi lado vivo con personas que la vida se lo está haciendo pasar mal. Tenían muchas cosas materiales, y se ven que no tienen nada, porque un golpe de mala suerte se lo ha arrancado de cuajo. Pero cuando hablo con ellos, soy capaz de ver cómo han crecido en humildad, en generosidad, en amor por las pequeñas cosas,en agradecimiento,
en abandono, en fe, en esperanza. Lo que pasa es que creemos que la riqueza tiene que poder contarse con billetes, y no es así. No te sientas perdedora, aunque lo seas,(no te conozco, al menos, en el poquito tiempo que llevo leyendo tus entradas en el blog he descubierto que eres rica en gente que te quiere y así te lo demuestra. Tienes también a Dios de tu parte, que es la mayor riqueza, pero para eso uno tiene que aceptar su amistad.
Un beso y si quieres algo más de mí, en mi perfil tienes mi correo...
Pilar:
ResponderEliminarCuando hablaba de perder, por supuesto que para nada me refería a cosas materiales. Sabes, nunca mejor dicho la frase que el dinero no da la felicidad.
No soy rica de cosas materiales pero tengo lo suficiente para vivir holgadamente y como no necesito mas, porque no es mas rico el que mas tienen sino el que menos necesita, pues en ese sentido estamos bien.
Me siento perdedora por problemas mucho mas graves, ajenos a nosotros y que nos han dejado como tu bien dices con las manos y el alma vacio.
Un abrazo y gracias por contestar